Dibujo de niño
Un niño moreno estaba mirando una muñeca blanca con ojos azules y otra morena con ojos negros. Una voz femenina preguntó: “ ¿Cual es la muñeca más hermosa?” De inmediato, el niño enseñó la muñeca con ojos azules. La misma voz preguntó también a una decena de niños a su vez : “ ¿Cúal es la fea? ¿La buena? ¿La mala? ¿Cúal es que te gusta más?” Excepto una u otra respuesta, todas se fueron en la misma dirección, la ya indicada. El Instituto Mexicano de Prevención de la Discriminación (Conapred)* llevó a cabo esta encuesta con el consentimiento de los papás. Quería demostrar que la discriminación es un fenómeno social que se está extendiendo de manera cultural y que afecta a la sociedad y a las personas desde una edad temprana.
Me ha sorprendido el resultado de este estudio. ¿Qué pueden significar esas respuestas para el porvenir de esos niños, de nosotros, del mundo tan rico en diversidad? La sinceridad de esos niños es cabal y la pedagogía de la encuesta muy buena. No se trata aquí de estigmatizar a nadie sino de tratar de entender. Es importante. Estas respuestas expresan una situación que de hecho ponen en tela de juicio los principios básicos de igualdad y dignidad de cada persona
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Representativos
Podríamos discutir diciendo que no se debe generalizar, o recordar que son respuestas de jóvenes de un solo país a cerca de muñecas. Temo que es una manera de hacer la vista gorda para no ver el problema. Experiencias de viajes y actividades en varios países y continentes me hacen pensar, sin embargo, que esos jóvenes son representativos de nuestra humanidad. Tenemos miedo de las diferencias, ya se trate de la epidermis, como en este caso, o fisiológicas, culturales o religiosas…y la lista está lejos de agotarse! Mientras que no reconozcamos y confesemos este miedo (y lo veamos solamente en el otro), seremos victimas de ello y haremos otras victimas.
Las consecuencias de este temor pueden ser leves y divertidas, como en el siguiente ejemplo que me viene a la memoria. Una niña de cuatro años estaba invitada por sus papás a saludar a un visitante de Africa central llegado a Suiza. Se refugia en primer lugar detrás de las faldas de su mamá. Finalmente, aceptando la invitación, se ejecutó temerosa ofreciendo su mano. La retiró rápidamente después, mirando alternativamente la cara del visitante y la palma de su mano. No había cambiado de color! En esta anécdota, el miedo del cambio de color de la piel se reveló ser una oportunidad única para hacer descubrir que la diversidad de color puede ser otra cosa que un peligro!
Menos divertidas, por el contrario, las piedras lanzadas por niños contra mi vehículo cuando cruzaba yo una ciudad del norte de Etiopía. Aprovechaban su habilidad de jóvenes pastores para apuntar al coche gritando: “Foreigis! Foreigis”” Extranjero! Extranjero! Cuando detuve el coche para dirigirme a los jóvenes y platicar con ellos, los muchachos huyeron y los adultos presentes siguieron mirando pasivos el incidente. En aquella región que ha sufrido numerosos intentos de invasiones a lo largo de los siglos, el extranjero se ve como el enemigo y una amenaza de desestabilización. La tesis del Instituto Mexicano se confirma: la discriminación se trasmite también por el ambiente cultural y la historia.
Podemos elegir aceptar y propagar estos prejuicios o intentar librarnos de ellos. Para ilustrarlo, recuerdo un incidente. Hace unos años, en un avión que se disponía a despegar para dirigirse a Estados Unidos, una señora de origen europea llamó a la azafata y le dijo mirando a su vecino afro-americano: “No puedo viajar al lado de este Señor!” El vecino, sentado normalmente, no dijo nada. Sorprendida, la azafata contestó: “Todos los asientos de clase económica están ya ocupados. Voy a hablar con el capitán para ver lo que puedo hacer. Poco después, regresó diciendo: “He encontrado un asiento vacío en primera clase.” La señora, encantada, se preparaba a levantarse cuando la azafata dijo: “¡Por favor, sígame señor!”¡La azafata fue premiada por la línea aeronáutica por la creatividad que había mostrado!
